Greños

No sé si tengo depresión, más bien... creo que mi personalidad siempre ha sido algo melancólica, cómo si estuviera siempre en búsqueda de algo que ni yo misma sé bien qué es.

Deambulo a diario por las mismas calles, respiro desde hace casi tres décadas el mismo aire... siento el frío y humedad de la misma costa, y aunque mi corazón aprecia la vida, mis lágrimas tocan el suelo de mis proyecciones mágicas.

Me considero un ser feliz y creativo, alguien que ama la existencia en este plano... pero la misma sensibilidad que me erige junto a los dioses, me lleva hasta los infiernos más internos de mi cuerpo. Ahí me desplomo en silencio y a ratos sucumbo en el olvido de mi memoria, como si fuera un ser inexistente para el resto, solo visible para mí, recreado por mis propios recuerdos.

Abro los ojos y camino, y a ratos anhelo el silencio solitario de mi cuerpo... ese abismo que se abre en mi pecho, que sólo yo conozco.

Soy mi más fugaz amante, la dualidad femeninomasculino yace en mi frente, cual ser hermafrodita, me polinizo con néctar ardiente y sutil.