A veces las palabras quedan cortas
El texto me permite entrar cien caracteres, pero ¿cómo le
explico a mi inspiración que debo limitar mis expresiones?
Los pensamientos sobre tu ausencia, las ganas de verte, las
invenciones que traigo en la cabeza, las ideas que meto a mi bolsillo… las fantasías
que guardo en la mochila… Todo, todo y más se fragmenta.
¿Por qué decidiste marchar?
¿Por qué, pese a mi evidente pena y desconsuelo, cruzaste la
orilla del mar?
Entiendo que los caminos del destino son inagotables… qué
aún existe posibilidad de verte una y mil veces más… Pero las video-llamadas no
igualan a las tardes que pasé observándote en la plaza, pero los “whatsapp” –
por muchos “stikers” que tengan-, no reemplazan las risas que provoqué… ni los
audios acortan las distancias infinitas que resienten mi pecho.
Podría escribirte más, pero el texto sólo me permite la
entrada de cien caracteres.
Comentarios
Publicar un comentario