Mi almohada



Escucho la misma canción repetidas veces, puede que sea el cansancio el que impide ponerme en pie y parar con la agonía del reproductor.

Giro sobre mi eje, como la Tierra mientras espera que pasen las horas, para llegar del día a la noche.
Me despierto de mi ensueño, y quito con mis manos las idealizaciones que se agrupan sobre tu imagen de valiente leñador. Abro las manos y las sacudo, no vaya a ser que alguna infame idea, se cuele entre mis dedos y llegue a mi mente mientras cruzo las manos al dormir. En las noches es cuando avanza la metástasis e infecta mi cabeza. 

El corazón siempre es la victima perfecta para esos espejismos que crea mi mente, por ello lo guardo bajo la almohada, para tenerlo cerquita de mí. A veces lo olvido, sobre todo cuando voy tarde al trabajo. Esos días sin corazón son los más monótonos que tengo. Me río de complaciente, no vaya a quedar de amargada.

Por la tarde vuelvo en piloto automático, no sé bien cómo llegué a la puerta de la casa, ni como subí los escalones a mi pieza, sólo deseo volver a sentir mi corazón en su lugar… Pero nuevamente esas artimañas desean ir por él. Entonces sacudo la cabeza y las saco de cuajo. 


Greños.- 

Comentarios

  1. hay una iniciativa para blogueros que te puede interesar... no encuentro tu mail... si te animas buscame paulo villablanca en face.. que estes bien.

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