Lapiceros


Todos los años comienzo el semestre con un estuche lleno de plumones de pizarra y cinco lapiceros negros – en mi trabajo todo se firma de ese color, y solo con ese color-

Mientras pasan los meses -siempre cerca de mayo- mi estuche deja de tenerlos, llegando al punto de no quedar ninguno. 
Mágicamente desaparecen, tras la frase “profe, ¿me presta su lápiz para firmar?
Mis alumnos no son rateros, mis colegas tampoco, pero… ¿quién no se ha quedado con un lápiz ajeno, cual guarda como ínfimo tesoro?

Llegando a fines de mayo – casi cerca de junio-, tal como se fueron, comienzan a llegar nuevos lapiceros negros de distintas marcas, distintas formas y diseños.

Me gusta pensar qué así como la vida te quita, también te da, sin necesidad de hacer mayor esfuerzo. Y así como el mano a mano se llevó mis cinco lapiceros Bic, hoy… comenzaron a llegar unos “Milán”, mas… algo extraño hubo en este feedback, este año se adelantaron, pues recién estamos a quincena.



Greños 

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