Fortunata
En la primera parada hace mucho frío. Veo como las nubes tocan el suelo…
De a poquito va cambiando el paisaje, pasando desde la aridez del desierto a la humedad del "sur", donde comienzan a nacer las plantitas y algunos árboles.
La presión de mi pecho
aumenta, es un viaje que he hecho otras veces, pero siempre lo inicio pensando
en los niños; en qué estén bien, qué a esta hora deben estar en la escuela, que
por favor la comadre les lleve el almuerzo.
La ida es rápida, no más llego Arica y tomo otro bus de nuevo, y así hacia Antofagasta -con suerte me alcanza pa’ compran un pancito- y nos vamos.
Santiago es graaaaande, la gente anda rápido.
Yo recojo los bolsos y parto de regreso.
Ya de noche, pienso en mis
hijitos, a esta hora ya deben estar durmiendo, en que mañana hay escuela, ojalá la
vecina le haya llevado el tecito.
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